"Hugo sos nuestro orgullo", rezaba la bandera argentina. La ovación que recibió apenas ingresó en el primer cuarto rubricó esa sentencia. Hugo Sconochini, un histórico de la selección argentina, tuvo el reconocimiento de todos.
Integrante de una camada gloriosa, el cañadense fue homenajeado por el básquet nacional. Y el capitán del seleccionado campeón mundial de Indianápolis 2001 y medalla de oro en los Juegos de Atenas 2004, lo hizo haciendo lo que más le gusta: jugando al básquet.
En sus minutos en la cancha vistió una camiseta nacional diferente a la del resto. Cuando el entrenador Sergio Hernández decidió reemplazarlo, Sconochini se abrazó con cada uno de los jugadores del plantel y se dirigió al centro del campo de juego para besar el piso del estadio, mientras estallaba el aplauso de la gente.
Faltaba más. Durante el descanso se emocionó con el tema "We are the champions" que le dedicaron, reverenció con gestos a Luis Scola, quien le regaló una camiseta de la selección, recibió de manos del intendente Miguel Lifchitz y de Angel "Buby" Casari la del seleccionado de Santa Fe e imitó a Riquelme llevando sus manos a sus orejas para escuchar el "olé.. olé... Hugo... Hugo..."
Con 38 años sigue jugando en el ascenso italiano. En la memoria colectiva, lo hará por siempre
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